Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://monicaiymb992599.like-blogs.com/38324164/recordando-el-cabezazo-de-zidane-en-alemania-2006